28 jun 2015

LA QUE SE VIENE


La Aurora, en Benito Juárez


Parte 2


Un establecimiento agroecológico bonaerense muestra sus cultivos, su ganadería y sus resultados.

El productor Juan Kiehr y el ingeniero Eduardo Cerdá organizaron un esquema agroecológico de producción, con mejores resultados que los campos dependientes de insumos de las corporaciones agroquímicas.

Republica Transgentina


La Aurora aparece como caso de estudio en uno de los libros más interesantes y revulsivos del momento, aún no publicado pero que puede ser descargado gratuita y libremente de Internet googleando: Agroecología: bases teóricas para el diseño y manejo de agro ecosistemas sustentables. Lo edito la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales de la Universidad de La Plata, escrito por el ingeniero agrónomo Santiago Sarandón y su colega Claudia Flores, con aportes de otros profesionales.


O sea: un trabajo científico y técnico que estudia la producción, describe nuevos paradigmas para comprender la situación rural, y traza propuestas. Por ejemplo, el Capítulo 1 se llama: La insustentabilidad del modelo agrícola actual.
Plantea entre otros problemas:

- La dependencia agroquímicos (insecticidas, herbicidas, fungicidas, fertilizantes).
- Contaminación de alimentos, aguas, suelos y personas por pesticidas y productos derivados del uso de fertilizantes sintéticos.
- Desarrollo de resistencia a los plaguicidas de ciertas plagas y patógenos.
- Perdida de la capacidad productiva de los suelos, debido a la erosión, degradación, salinización y desertificación.
- Perdida de nutrientes de los suelos.
- Pérdida de biodiversidad.
- Contribución al calentamiento global y disminución de la capa de ozono.
- No ha solucionado el problema de la pobreza rural.

El ultimo capitulo está dedicado a La Aurora, y fue escrito por Sarandón y Flores junto al propio Eduardo Cerdá, en su doble condición de agrónomo y asesor del Campo de Juan Kiehr. Allí se explica la situación pampeana, donde se reemplazó a la ganadería por la agricultura dependiente de insumos tóxicos, se incrementaron los costos y eso expulso a productores de escala intermedia de tipo familiar: en 20 años, la cantidad de establecimientos agrícolas se redujo a la mitad en la región, concentrando en pocas manos la propiedad de la tierra. Con ese paisaje, vuelve la pregunta: ¿cómo hicieron para concretar un modelo sin agro tóxicos y eficiente, que ahora describen hasta los libros científicos?


El arte de rediseñar


La casa es amplia, bella, cálida. No es “estilo campo”, sino estilo Juan-Erna. Hay muebles de madera quo se trajeron del Chaco, un living con bibliotecas y recuerdos familiares, LCD y reproductor de Videos, una salamandra para pasar el invierno, una gran cocina comedor por la cual a estos lugares se los llama hogar. Hay una segunda casa para los huéspedes. Juan habla orgulloso de sus hijas; Teresa es médica y Sara fisioterapeuta.  Ambas casadas, le han dado 3 nietos. Sara vive en Alemania, donde la familia suele visitarla todos los años. Aporte casi pictórico sobre el campo: “Estoy rodeado por explotaciones sojeras. Es toda una naturaleza muerta. No hay ni pájaros”.

Mientras Juan ceba el mate, cuenta el ingeniero Cerdá: “La clave surgió del intercambio con Juan sobre el diseño de la producción, Por ejemplo, habia mucho girasol, pero Juan propuso cambiarlo”. Kiehr: “Lo hicimos durante años con herbicidas preemergentes (previos a que crezca el cultivo). Pero dejaban el suelo polvoriento, raro. Después había babosas y había que fumigar otra vez, y otra más por las malezas, y después por plagas como la isoca, hasta que dije: basta. Decidí volcarme más a la ganadería”. La Aurora tiene 297 hectáreas para agricultura, y 334 (cerros y bajos) más aptas para el ganado.

Eliminaron el girasol y comenzaron un trabajo de consolidación de lo ganadero (haciendo cría y además invernada), como base para relanzar así la producción agrícola, pero sin agro tóxicos. Cerdá: “La ganadería no dejaba tanta plata como la agricultura, pero servía como una gran base y complemento para pasar a tener una producción de trigo, avena, cebada y sorgo, no dependiente de los insumos”.

Esquema y logros


La agroecología aplicada a La Aurora, en pocos trazos:
• La ganadería sana, libre, alimentada a pastos naturales, con terneros que llegan a 500 kilos y se venden como novillos de exportación, alimenta el suelo con bosta y orín. Hay entre 600 y 700 cabezas. Juan instaló estratégicamente 25 bebederos (donde los animales bostean naturalmente) para cubrir la superficie del campo.
• El suelo así se fortalece, se enriquece, se fertiliza y conserva mejor la humedad y los nutrientes. Detalla: así como un feedlot voltea por el olor a podredumbre sobre el que viven los animales, en La Aurora jamás hay olor a bosta.
• Las plantaciones sobre esos suelos se hacen con cultivos asociados, leguminosas como el trébol rojo, que evitan el nacimiento de malezas y fijan el nitrógeno, nutriente fundamental del suelo. Así el policultivo evita, desde 2001, que compren fertilizantes como la urea.
El suelo nutrido y vital, sumado a sistemas que permiten el hábitat natural de insectos que, además, aportan beneficios al ecosistma, anula la necesidad de herbicidas, fungicidas, insecticidas y gertilizantes químicos.

Todo esto es más fácil escribirlo que hacerlo, pero el resultado (ver el gráfico) es que sin contar las ganancias ganaderas, por la agricultura Juan obtiene casi el mismo rendimiento que los campos vecinos (un 10% menos), pero el gasto es menor: 300 dólares menos por hectárea en el caso del trigo. En las 80 hectáreas que está cultivando en estos días, este ahorro representa 24.000 dólares, y salva al suelo, al agua y a todos de los diluvios de venenos cada vez más inútiles, y de químicos que fertilizan poco y mal: solo dos o tres de los nutrientes, contra los 16 del proceso natural de La Aurora. AI faltar esos nutrientes la planta está débil (aunque drogada por los fertilizantes) y así se convierte en víctima de hongos y enfermedades, que obligan a usar más fungicidas y químicos, calesita eterna que beneficia ya se sabe a quiénes.

 Juan Kiehr evita todo eso, cubre sus costos velozmnte, gasta menos, obtiene prácticamente lo mismo, pero sano y sin estimulantes artificiales, y tiene una ganancia mayor (762 dólares por ha contra 549 de los convencionales), además de un mayor retorno: el campo le devuelve 5,15 dólares por cada ólar invertido, contra 1,13 que recupera el productor convencional. 


Cerdá: “Si el sistema trabaja con transgénicos y agro-tóxicos, es por su enorme ineficiencia y porque reina una lógica empresarial, desnaturalizada, yo diría que como la del drogadicto, basada en la química y la plata. Nosotros apuntamos a una agricultura con salud, que restablezca los procesos biológicos, no degrade los recursos y tenga eficiencia en la producción. Esto es una mirada de independización, de no quedar atado a un modelo que in toxica y empobrece”.

Final en:

Texto: tomado de Revista Mu de agosto 2014, páginas 12 y 13.
Fotos: Revista Mu de agosto 2014; Ing. Eduardo Cerdá

Traducción al alemán: Ruth Schwittay


WAS DA KOMMT


La Aurora, in Benito Juárez

2. Teil 

Ein agroökologischer Betrieb in der Provinz Buenos Aires zeigt seine Anpflanzungen, seine Viehzucht und seine Resultate.
Der Landwirt Juan Kiehr und der Ingenieur Eduardo Cerdá haben ein agroökologisches Produktionsschema organisiert, mit besseren Resultaten als die von den Inputs der agrochemischen Konzerne abhängigen Felder.

Republik Transgentinien


La Aurora erscheint als eine Fallstudie in einem der interessantesten und umwerfendsten Büchern dieser Zeit, das zwar noch nicht veröffentlicht ist, aber unentgeltlich und frei von Internet heruntergeladen werden kann, indem Agroökologie gegoogelt wird: Bases teóricas para el diseño y manejo de agro ecosistemas sustentables [Theoretische Grundlagen zur Gestaltung und Handhabung von nachhaltigen Agro-Ökosystemen]. Es wurde von dem Agraringenieur Santiago Sarandón und seine Kollegin Claudia Flores mit Beiträgen von anderen Spezialisten vom Fach  geschrieben und von der Fakultät für Agrarwissenschaften und Forstwirtschaft der Universität La Plata herausgegeben.

Also: Eine wissenschaftliche Arbeit, die Produktionen untersucht, neue Paradigmen beschreibt, um die landwirtschaftliche Situation zu verstehen, und die neue Vorschläge aufzieht. Zum Beispiel heißt das 1. Kapitel: La insustentabilidad del modelo agrícola actual [Die Nicht-Nachhaltigkeit des aktuellen Agrarmodells].

Unter anderen, wird Folgendes aufgeworfen:
- Die agrochemische Abhängigkeit (Insektizide, Herbizide, Fungizide, Düngemittel).
- Kontamination von Lebensmitteln, Wasser, Boden und Menschen durch Pestiziden und den durch Verwendung synthetischer Düngemitteln entstandenen Produkten.
- Entwicklung von Pestizidresistenz bestimmter Schädlingen und Krankheitserreger.
- Verlust der Produktionskapazität des Bodens durch Erosion, Abbau, Versalzung und Wüstenbildung.
- Verlust von Bodennährstoffen.
- Verlust der Artenvielfalt.
- Beitrag zur globalen Erwärmung und verringerter Ozonschicht.
- Es hat das Problem der ländlichen Armut nicht gelöst.

Das letzte Kapitel ist dem Gut La Aurora gewidmet, und es wurde von Sarandón und Flores, zusammen mit eben Eduardo Cerdá in seiner doppelten Eigenschaft als Agronom und Berater für Juan Kiehrs Felder. Dort wird die Situation der Pampa erklärt, wo die Viehzucht, von der von giftigen Inputs abhängigen Landwirtschaft abgelöst, die Kosten erhöht und somit die mittleren Unternehmen familiärer Art vertrieben wurden: In 20 Jahren verringerte sich in der Region die Menge der landwirtschaftlichen Unternehmen um die Hälfte, und der Landbesitz konzentrierte sich in wenigen Händen.

Vor diesem Hintergrund wird die Frage wieder aufgeworfen: Was wurde gemacht, um ein effizientes Modell ohne Pestizide zu ralisieren, das jetzt sogar in wissenschaftlichen Büchern beschrieben wird? 

Die Kunst der Umgestaltung


Das Haus ist geräumig, schön, einladend. Es weist keinen Landhausstil auf, sondern einen Juan-Erna-Stil. Es gibt dort Holzmöbel, die sie aus dem Chaco mitgebracht haben, ein Wohnzimmer mit Regalen und Familienerinnerungen, LCD und Videoplayer, einen Dauerbrenner für den Winter, eine große Wohnküche, weswegen diese Orte Heim genannt werden. Es gibt ein zweites Haus für die Gäste. Juan spricht stolz von seinen Töchtern: Teresa ist Ärztin und Sara Physiotherapeutin. Beide sind verheiratet, haben ihm drei Enkel geschenkt. Sara lebt in Deutschland, wo die Familie sie jedes Jahr besucht. Ein fast bildlicher Beitrag über die Felder: „Ich bin umringt von Sojafarmen. Es ist wirklich wie ein Stillleben. Es gibt nicht einmal Vögel.“

Während Juan den Mate auffüllt und weiterreicht, erzählt der Ingenieur Cerdá: „Den Schlüssel fanden wir im Austausch mit Juan über die Gestaltung der Wirtschaft. Zum Beispiel gab es viel Anbau von Sonnenblumen, aber Juan schlug vor, dies zu ändern.“

Kiehr: „Wir haben sie über Jahre hinweg mit Vorauslauf-Herbiziden (bevor die Saat wächst) angebaut. Aber der Boden wurde staubig, seltsam. Danach gab es Nacktschnecken und es musste wieder gespritzt werden, und noch einmal gegen das Unkraut, und danach gegen Plagen wie Engerlinge, bis ich sagte: Basta! Ich beschloss, mich mehr der Viehzucht zu widmen.“ La Aurora besitzt 297 Hektar Grundstück für Landwirtschaft und dazu 334 für Rinder geeignete Hektar (felsige Hügel und Tiefen).

Auf den Sonnenblumenanbau wurde verzichtet und es wurde mit einer Konsolidierungsarbeit hinsichtlich der Viehzucht begonnen (Aufzucht und auch Mast), als eine Grundlage, um die landwirtschaftliche Produktion wieder anzukurbeln, aber ohne Pestiziden. Cerdá: „Mit der Viehzucht erreichte man nicht so viel Gewinn wie mit der Landwirtschaft, aber sie diente als große Basis und Ergänzung, um eine von Inputs freie Weizen-, Hafer-, Gerste- und Sorghumhirse-Produktion in Angriff nehmen zu können.“


Schema und Erfolge


Die auf La Aurora angewandte Agroökologie, in wenigen Zeilen:
• Die gesunde, freie Viehzucht, ernährt auf natürlichen Weiden, mit Kälbern bis zu 500 Kilo und die dann als Export-Jungochsen verkauft werden, nährt den Boden mit Kot und Urin. Es gibt dort zwischen 600 und 700 Rinder. Juan hat strategisch 25 Tränkstellen eingerichtet (wo die Tiere auf natürliche Art und Weise misten), um die ganze Landoberfläche abzudecken.
• Der Boden wird dadurch gestärkt, bereichert, gedüngt und konserviert die Feuchtigkeit und die Nährstoffe besser. Er detailliert: So wahr es ist, dass ein Feed Lot jeden mit dem Fäulnisgeruch umwirft, auf dem die Tiere leben, so gibt es in La Aurora nie Kotgeruch.
• Die Pflanzungen auf diesen Böden werden mittels Mischkulturen angegangen, z.B. Hülsenfrüchte wie der Rotklee, der das Aufkommen von Unkraut verhindert und den Stickstoff fixiert, ein grundlegender Nährstoff des Bodens. Auf diese Weise wird seit 2001 durch die Polykultur vermieden, Dünger wie Harnstoff zu kaufen.
Der genährte und vitale Boden, zusammen mit Systemen, die einen natürlichen Lebensraum für Insekten ermöglichen, die außerdem noch Nutzen für das Ökosystem bieten, macht die Anwendung von Herbiziden, Fungiziden, Insektiziden und chemischen Düngemitteln nicht notwendig.



Es ist einfacher, all dies zu schreiben, als es zu machen, aber das Resultat (siehe Grafik) besteht darin, dass, ohne die Rinderzuchtgewinne mitzuzählen, Juan durch die Landwirtschaft fast dieselben Rendite wie die Nachbarfelder erreicht (10 % weniger), wobei aber die Ausgaben niedriger sind: 300 Dollar weniger pro Hektar im Falle von Weizen. Auf den 80 Hektar, die er dieser Tage bebaut, stellt das Ersparnis 24.000 Dollar dar, und es wird der Boden, das Wasser und wir alle von den Giftfluten gerettet, die immer weniger nützlich sind, und von den Chemikalien, die wenig und schlecht düngen: nur zwei oder drei der Nährstoffen gegen die 16 des natürlichen Prozesses auf La Aurora. Da diese Nährstoffe fehlen, ist die Pflanze schwach (obwohl unter dem Drogeneinfluss der Düngemittel) und so wird sie zum Opfer von Pilzen und Krankheiten, die zu neuer Anwendung von Fungiziden und Chemikalien zwingen, ein ewiges Karussell, dass diejenigen begünstigt, von denen wir ja schon wissen, wer sie sind.

Juan Kiehr vermeidet all dies, er gibt weniger aus, bekommt praktisch dasselbe, aber gesund und ohne künstliche Stimulatoren, und hat einen grösseren Gewinn (762 Dollar pro Hektar gegen die herkömmlichen 549), dazu die grösseren Rendite: Die Felder geben ihm 5,15 Dollar für jeden investierten Dollar zurück, gegen die 1,13, die der herkömmliche Bauer erwirtschaftet.

Cerdá: „Wenn das System mit Genmanipulation und Agropestiziden arbeitet, geschieht es wegen der enormen Ineffizienz und weil eine denaturierte Unternehmenslogik herrscht, ich würde sagen, wie ein Drogenabhängiger, auf der Basis von Chemie und Geld. Wir peilen eine gesunde Landwirtschaft an, die die biologischen Prozesse wieder herstellt, die Ressourcen nicht degradiert und produktiv effizient ist. Dies hinsichtlich auf das Unabhängig-Werden, des nicht an ein Modell gebunden werden, das vergiftet und verarmt.“

Schluss folgt in:

Text: aus „Mu. El periódico de lavaca“, August 2014
Fotos und Grafik: „Mu. El periódico de lavaca“, August 2014; Ing. Eduardo Cerdá.

Übersetzung ins Deutsche: Ruth Schwittay

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