Der Dill – Anethum graveolens
Doldenblütler
Erschrecken Sie nicht, wenn sie in einer herrlich duftenden
Gemüsesuppe kleine Küchentierchen, braune flache Samen ähnlich, schwimmen
sehen. Es sind tatsächlich Samen, Dillsamen, die davon zeugen, dass hier mit
Liebe gekocht wird. Vom Dill kennen wir meistens nur die hauchfeinen
verästelten Blättchen, die fast nicht vom Fenchelkraut zu unterscheiden sind.
Beide suchen mit dem Filigrangewebe ihrer Blätter möglichst viel Sonnenlicht
einzufangen. Fenchel oder Dill? Die Nase gibt uns die Antwort, wenn wir ein
Blättchen verreiben. Fenchel erinnert stark an Anis; der Dill hingegen gibt
sich eher kühl, erfrischen, dezent.
Die einjährige Pflanze treibt im Frühjahr rasch einen langen
hellgrünen, glatten Stängel, der über einen Meter hoch werden kann. Die feinen
nadeldünnen Blättchen und eine gelbe Blütendolde geben den Dill das elegante
Aussehen.
Zart und kühl ist das Aroma, das kein Kochen erträgt. Den
berühmten Dillsaucen zu Rindfleisch, Kartoffeln, Fischen wird das frisch
gehackte Kraut erst zuletzt beigegeben.
Als fast klassisches Essiggewürz, zum Einmachen von
Cornichons, Gurken, Champignons und natürlich für alle sommerlichen Salate
gehört der Dill auch im kleinsten Kräutergarten einen Platz. In dunklen Suppen,
wie Gemüsesuppe, Oxtail, Turtle Soup oder an kaltem Sauerkraut ist zerstoßener
Dillsamen richtig am Platz.
Aus:
Gewürzkräuter vom duftenden Garten zum Kochtopf
Robert
Quinche, Eugen Bossard
Zeichnung: Martha Seitz
El eneldo – Anethum graveolens
Umbelífera
No te asustes, si en una sopa de verdura de
aroma riquísimo encontrás nadando pequeños animalitos de la cocina, marrones y
chatitos, parecidos a semillas. En realidad son semillas, semillas de eneldo,
que atestiguan que aquí se está cocinando con amor. Del eneldo en general sólo conocemos
las hojitas muy finas y muy ramificada, que casi no se pueden distinguir de las
hojas del hinojo. Con este tejido de filigrana, ambas plantas buscan recoger
con sus hojas la mayor cantidad posible de la luz solar. ¿Hinojo o eneldo? La
nariz nos dará la respuesta, cuando trituremos una hojita entre los dedos. El
hinojo recuerda mucho al anís; en cambio el eneldo se da más bien fresco,
refrescante, discreto.
En la planta anual en primavera crece
rápidamente un tallo largo y liso verde claro, que puede llegar a medir más de
un metro. Las finas hojitas y una inflorescencia amarilla en forma de umbela le
dan al eneldo su aspecto elegante.
Suave y fresco es el aroma, que no soporta
la cocción. A las famosas salsas de eneldo para acompañar carne de res, papas,
pescados, se le agrega la hierba finamente picada recién al final.
Dado que es una hierba clásica para los
encurtidos, para hacer conservas de pepinillos, pepinos, champiñones y por
supuesto para todas las ensaladas veraniegas, el eneldo debería tener su lugar
aun en el jardín de hierbas aromáticas más pequeño. También las sopas oscuras
como las de verdura, de cola de buey, de tortugas o en el chucrut frío son el
lugar correcto para la semilla de eneldo triturada.
De: Gewürzkräuter vom duftenden Garten zum Kochtopf
Robert Quinche, Eugen Bossard
Traducción. Ruth Schwittay
Foto: http://innocentprimate.files.wordpress.com/2009/02/dill.jpg
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